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La cuchara
Postura: la cuchara. Los dos
estáis tumbados de lado, tú le das la espalda y él, pegado a esta, se
adapta a tu cuerpo y postura. Así consigues darle el protagonismo a tus
hombros, espalda, pelo… Él podrá acariciarte tranquilamente mientras tú,
pasiva, te dejas querer. Una postura muy amorosa.
Además de que escondes pecho y tripa, resaltas la silueta de tus caderas. Muy sensual…
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